IE WowRoom

01 de Septiembre, 2016

La WowRoom es una instalación del IE Business school que consta de 48 pantallas, agrupadas en 3 secciones de 4x4 dispuestas en un arco cuya carga gráfica gestionan 3 ordenadores independientes (uno para cada grupo de 16 pantallas).

Me llamaron para desarrollar el software que tenía que gestionar el evento de presentación de esta monstruosidad, me sentí un poco como el Sr. Lobo de Pulp Fiction: tenía 10 días para desarrollar un software e integrar en el una cantidad de contenido absurdamente desproporcionado.

Así que acepté.

La tarea se podría resumir en hacer una especie de “Powerpoint en esteroides” que pudiera lanzar contenido arbitrario (imágenes, vídeos, animaciones y alguna experiencia interactiva) y sincronizado entre todas las pantallas y máquinas.

Lo primero que hice fue crear un pipeline de despliegue de builds entre las 3 máquinas y trabajar en una mini aplicación que garantizaba que el desfase entre las imágenes nunca fuera mayor a 1 milisegundo.

Luego cree un sistema de “escaleta digital” para organizar paso a paso cada cosa que pasaba en la presentación (eventos tipo “avanzar a la siguiente escena”, “fade out de volumen”, “pausa de 5 segundos”) y luego empecé a hablar con todos los agentes involucrados para que quedase definido hasta el más mínimo detalle de lo que iba a pasar en esa presentación.

Ah, y otro pequeño detalle: como todos los presentadores tenían agendas muy restringidas, no habría ensayo general, sino sólo ensayos parciales con cada uno de ellos.

Me metí una paliza como en la vida, con jornadas de 14h por defecto, pero estaba muy motivado y seguro de que lo podía conseguir.

Muchas reuniones, sudor y líneas de código después… ¡Estaba todo en su sitio y funcionando!

Incluso me sobraron 2 días, hecho que el cliente aprovechó para pedirme una “pequeña” feature adicional: sincronizar el contenido con 50 tablets Nvidia Shield que tendrían en sus manos los asistentes.

Como soy idiota, respondí que sí, que daba tiempo suficiente. Sólo tuve que eliminar tareas superflueas dormir, saltarme alguna comida y concentrarme al 999% para que el mismo día de la presentación, a sólo pocas horas del evento, ya estuviese todo “funcionando” sin apenas testeo.

Durante el evento, saqué mi corazón de mi pecho y lo posé encima de la mesa para que no me molestara. Había puesto veintemil mecanismos de seguridad redundantes por si algo salía mal o había algún imprevisto entre los presentadores, pero por suerte todo salió a la perfección.

Este fue seguramente el desafío más grande al que me he enfrentado profesionalmente, pero me alegra haber dicho que sí y haber dejado así de alto mi listón personal ^^